Ese rinconcito de tierra al otro lado del Atlántico, ese país lleno de carnavales, rodeado por dos mares y envuelto en una selva virgen maravillosa. Colombia, ese país donde cada amanecer nos relata una historia, pero una historia de la cual a través de los días va tomando rumbos diferentes. Allí donde el vehículo de movimiento son los sueños y donde instintivamente se camina bajo las utopías de alcanzar la paz.
Hoy colombia se encuentra a puertas de lograrlo, pues hace aproximadamente 5 años el gobierno y la guerrilla de las FARC-EP han iniciado negociaciones para acabar con esta guerra que ya cumple 50 años. Realizar un acuerdo no es tarea fácil, requiere del esfuerzo y el compromiso de todos, pero el reto está en hacer la paz con el “enemigo”, encontrar puntos en común, llegar al fondo del problema, y de esta manera tejer juntos los sueños de una Colombia habitable para todos.
Para desglosar un poco el proceso de paz en Colombia, se debe hacer una descripción de los puntos en principio pactados: uno de los primeros y de los más polémicos ha sido la participación política del grupo guerrillero y apertura democrática. En el cual las Farc piden garantías de oposición y la oportunidad de crear su propio partido político, en aras de tener una representación de sus intereses dentro del marco legal. Con esto el pasado 1 de septiembre dieron anuncio de su nuevo partido político, el cual mantiene las mismas siglas FARC, pero su contenido es Fuerza Alternativa Revolucionaria Colombiana. Aún no se escuchan nombres de candidatos a la presidencia, para las siguientes elecciones, pues la situación legal de las principales cabecillas de las FARC - EP aún no han sido definidas.
Otro de los puntos que ha causado desconcierto entre la población Colombiana, es la reforma rural integral, en la cual se plantea el objetivo de sentar nuevas bases y así generar una transformación estructural en el campo, todo ello con una fuerte presencia del estado, lo que de garantías para una no repetición del conflicto. En mi opinión es uno de los temas más importantes del acuerdo, ya que el enfrentamiento inicia por las tierras y debería finalizarse con la entrega de las mismas. Para ello el gobierno ha dispuesto un fondo de tierras con distribuicion gratuita para campesinos.
Además dentro de lo pactado, también se habla de un inminente cese al fuego y hostilidades bilaterales y definitivo, incluyendo la dejación de armas por parte de las FARC-EP. Dentro de ellos, se toca el punto de la reincorporación de las FARC-EP a la vida civil, de acuerdo con sus propios intereses. Asimismo la solución al problema de las drogas ilícitas, su cultivo y los principales actores implicados como los campesinos y algunas comunidades indígenas. Para ello se ha establecido una sustitución a los cultivos y un compromiso a la - no resiembra-. El 5 punto es un acuerdo integral sobre las víctimas del conflicto, dentro de un sistema de verdad, justicia y no repetición. De la misma manera, y aunque parezca increible el ultimo punto habla de una real implementación, verificación y refrendación de lo acordado para los siguientes 10 años, con un énfasis especial hacia las mujeres y los grupos étnicos.
En septiembre del año pasado se finalizaron los acuerdos, y en el cual el gobierno ha decidido una medida participativa donde los ciudadanos por medio de un referendo dan aval a lo pactado en la Habana. Pero casi como en un cuento, las votaciones han sido 49% a favor y 50% en contra. La suerte de ser un país presidencialista, es que en casos como estos la opinión ciudadana no tiene valor y en acto casi antidemocrático el presidente decide que aun así se llevarán a cabo los acuerdos, claro que no es un dictadura y el acuerdo se abrió para que se realicen pequeños ajustes en compañía de la oposición.
El reto en el que se encuentra el país actualmente se converge en el post-conflicto, esa gran incógnita de ćomo se deben llevar a cabo los acuerdos. Cómo se debería manejar una transición sin generar tanto impacto para los ciudadanos. Y Cómo cumplir con lo pactado sin producir matices, como la aparición de pandillas, a una forma de salida a vacíos del estado.
Para esto han surgido grupos activistas de todos los sectores quienes apoyan los acuerdos, uno de ellos son un colectivo de estudiantes de todas las universidades del país, quienes con en compañía del mismo claustro se dirigen como voluntarios a los campamentos de los antiguos guerrilleros. Allí como primera instancia se tiene una mirada amplia y superficial de lo que está ocurriendo.
De esta manera, poco a poco se va concluyendo un conflicto que ha dejado muchas heridas abiertas en los corazones de los colombianos, en la tierra, en la historia.
Este proceso de paz como lo dice el presidente de Colombia Juan Manuel Santos es dedicado especialmente a las víctimas, esas personas impactadas por la guerra, por las balas y hasta por el olvido, quienes desean cada día abrir sus ojos y despertar a un nuevo amanecer.
Ein Fleckchen Land am anderen Ende des Atlantiks, ein Land voll von Karneval, umgeben von zwei Meeren und eingebettet in unberührte Tropenwälder. In Kolumbien scheint jeder Sonnenaufgang die ganz eigene Geschichte dieses Landes zu erzählen – eine Geschichte, die dieser Tage eine neue Richtung nimmt.
Seit Jahrzehnten träumen die Menschen in Kolumbien von einem Leben in Frieden und nun steht das Land kurz davor, diesem Ziel einen großen Schritt näher zu kommen: Vor fünf Jahren begannen die Verhandlungen zwischen der Regierung und den FARC, um endlich den nun schon 50 Jahre andauernden Krieg zu beenden. Die Fuerza ArmadaRevolucionaria Colombiana (Bewaffnete revolutionäre kolumbianische Kraft) ist eine der größten Guerrillagruppen in Kolumbien. Sich auf ein Abkommen zu einigen ist keine leichte Aufgabe. Es erfordert Anstrengung und Kompromissbereitschaft beider Seiten, um Frieden zu schließen, Zu Beginn der Verhandlungen wurden fünf Punkte beschlossen, zu denen man sich im Friedensprozess einigen möchte.
Am umstrittensten war die Frage nach dem politischen Mitspracherecht der FARC. Sie forderten, ihr Recht auf Oppositionsbildung ausüben zu können, ohne befürchten zu müssen, politisch verfolgt zu werden. Stattdessen wollen sie ihre Interessen auf legale Weise in einer eigenen Partei vertreten. Am ersten September 2017 verkündeten sie deren Gründung. Sie trägt ebenso den Namen FARC – das Kürzel steht nun für Fuerza Alternativa Revolucionaria Colombiana (Alternative revolutionäre kolumbianische Kraft) ) Noch ist nicht bekannt , wer bei den nächsten Wahlen für die Präsidentschaft kandidieren wird. Gegen die bisherigen FARC-Anführer*innen laufen Prozesse und es gibt bislang keine gerichtlichen Urteile.
Ein weiterer Aspekt, der unter der kolumbianischen Bevölkerung Kontroversen ausgelöst hat, ist die umfassende Reform der ländlichen Gebiete. Sie sieht vor, neue Grundlagen für einen strukturellen Wandel in diesen Regionen zu schaffen - mit starker Präsenz der Regierung. Diese soll garantieren, dass sich der Konflikt nicht wiederholt. Meiner Meinung nach ist dies eins der wichtigsten Themen des Abkommens. Schließlich begann die Auseinandersetzung mit der Frage, wer den Boden besitzt und sollte mit dessen Abgabe enden. Dafür hat die Regierung Land bereitgestellt, welches sie kostenlos an die Bauern verteilt.
Außerdem geht es in der Vereinbarung um den bevorstehenden Waffenstillstand, um die Beilegung beidseitiger Feindseligkeiten und die Abrüstung der FARC. Deren Mitglieder sollen ins zivile Leben entsprechend ihrer eigenen Interessen eingegliedert werden.
Das Problems der illegalen Drogen muss gelöst werden In deren Anbau sind auch Bauern und einige indigene Kommunen verwickelt. Sie brauchen einen Ersatz für die bisherigen Erträge. Um ihn zu erhalten, wurde ein Kompromiss vereinbart. Er sieht vor, keine Drogen mehr anzubauen.
Der fünfte Punkt regelt umfassend den Umgang mit den Opfern des Konfliktes. Es geht um ihre Anerkennung, um das Herausfinden der Wahrheit, die Frage der Gerechtigkeit und die zukünftige Vermeidung von Verbrechen.
.Schließlich wird betont, dass die Umsetzung aller Vereinbarungen in den nächsten Jahren überprüft werden soll. Dabei stehen Frauen und ethnische Minderheiten besonders im Fokus.
Im September vergangenen Jahres wurden die Vereinbarungen in Havanna abgeschlossen. Im selben Monat kündigte die Regierung ein Referendum zur Abstimmung aller Bürger*innen über das beschlossene Abkommen an. Die Entscheidung fiel knapp aus: 49% stimmten für das Abkommen und 50% dagegen. Zum Glück war der Präsident in diesem Fall nicht an das Referendum gebunden. Er traf die Entscheidung für das Abkommen allein. Die Verhandlungen wurden für die Opposition so weit geöffnet, dass kleine Änderungen vorgenommen werden konnten.
Aktuell besteht die große Frage darin, wie das Abkommen zu realisieren ist.
Wie kann sich der Wandel vollziehen, ohne das Leben der Staatsbürger*innen zu sehr zu beeinflussen? Wie kann verhindert werden, dass sich Banden bilden? In einem politischen Vakuum besteht diese Gefahr.
In allen Bereichen gibt es Gruppen, die das Abkommen unterstützen. Eine von ihnen besteht aus Studierenden aller Universitäten des Landes, die sich in Begleitung eines Klosters als Freiwillige an die Camps der ehemaligen Guerrillakämpfer*innen wenden. Dort erfahren sie aus erster Instanz, was geschieht und unterrichten die ehemaligen FARC-Mitglieder in grundlegenden Fächern
Auf diese Weise klärt sich Schritt für Schritt ein Konflikt, der viele offene Wunden hinterlassen hat in den Herzen der Kolumbianer, in der Welt und in der Geschichte.
Dieses Friedensabkommen – so sagt der kolumbianische Präsident Juan Manuel Santos – ist besonders den Opfern gewidmet, jenen Personen, die vom Krieg, von den Kugeln und sogar vom Vergessen getroffen wurden. Sie sind es, die sich jeden Morgen wünschen, ihre Augen für einen neuen Aufbruch zu öffnen.